miércoles, 22 de mayo de 2013

FLORA GUARA-SOMONTANO


Observando la geografía de Guara-Somontano, podemos buscar hasta en los lugares que aparentan más inhóspitos, para encontrar vida, porque incluso en las  paredes de rocas inalcanzables e inexpugnables se cobijan diferentes plantas, algunas de ellas endémicas,  dando como resultado una flora  especial, que debe superar temperaturas bajas en invierno, altas en verano, sequía o gran precipitación.

Especies vegetales muy especializadas  ocupan parte de los cantiles y roquedos de la Sierra de Guara y otras, en el piedemonte viven la aventura del clima mediterráneo-continental.
Plantas como la Petrocoptis guarensis, que se deja ver en las paredes calizas de Mascún,Balcés o en el Vero, o la conocida como Oreja de oso (Ramonda Myconi) o la saxífraga lomgifolia, llamada corona de rey.

 Otras especies propias del Pirineo central, también se encuentran en el Parque de Guara, por ejemplo la oreja de oso (Ramonda myconi) o la corona de rey (Saxifraga longifolia) una bella planta de floración extrema que muere tras el esfuerzo de la fructificación.

La parte norte del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara cuenta con matices alpinos, de aquí que se encuentren bosques de hayas  (Fagus sylvatica); por el contrario la vertiente sur es típicamente mediterránea, luciendo zonas de  quejigares, encinares, espesos  coscojares (Quercus cocciffera), enebros (Juniperus communis) o el boj (Buxus sempervirens).  Pero... para maravilla de los sentidos, van entremezclados estos bosques, con zonas de  madroños (Arbutus unedo), conocidos como “alborcereas”.

Los bosques, especialmente las zonas de pinares, hacen de estos parajes deseados espacios para los amantes de la micología, encontrando, entre otras setas, el suculento robellón (Lactarius delidiosus), bien codiciado en las buenas mesas. 



domingo, 19 de mayo de 2013

LA LEYENDA DE LAS ABUELAS DE SEVIL

Panorámica desde el Mesón de Sevil (Hoya de Huesca)

Al norte de Alberuela de Laliena y en plena Sierra de Sevil, entre los fantásticos barrancos de Balcés y del Vero, está el Mesón de Sevil; ahora, sólo edificio de un antiguo poblado, que por cierto cuenta con una vista panorámica increíble del Somontano y la Hoya de Huesca.

El poblado de Sevil desapareció hace muchos años, al igual que otros,  como le ocurrió a Las Casas (queda una portada y un conservado arco de medio punto de la iglesia), aldea de la Sierra de Sevil.

Mesón de Sevil






Pues según la leyenda, en Las Casas vivía una pequeña agrupación de vecinos que se vieron azotados por la peste (enfermedad infectocontagiosa que afecta tanto a animales como a humanos y es de gran mortalidad).  Feneció todo el mundo, menos dos mujeres mayores (dos abuelas), que atemorizadas por tantas muertes bajaron a los pueblos colindantes de San Pelegrín, Radiquero y Alberuela de Laliena en busca de cobijo, pero los habitantes de estas localidades ante el miedo de los sucesos no fueron hospitalarios con las dos abuelas, el horror vivido en la aldea de Las Casas los frenó.
Sólo les quedaba dirigirse a Adahuesca, donde las atendieron, ya que existía fuera de sus murallas un hospital.
Como agradecimiento a tales atenciones, las abuelas donaron a esta villa toda la Sierra de Sevil puesto que ellas fueron las dos únicas supervivientes.
Vista del Somontano de Barbastro desde el Mesón de Sevil.
Pidieron que a cambio de tales favores, fueran enterradas en Crucelós, a donde todos los años acude el pueblo de Adahuesca en romería para rezar por sus almas. Esto se sigue haciendo cada 20 de mayo. También dejaron dicho que se debía repartir torta y vino entre los feligreses tras finalizar las oraciones. Por último desearon que un día al año debería repartirse peras entre los niños del pueblo, y se sigue haciendo cada 26 de julio, festividad de Santa Ana, en la llamada Corrida de las Peras. La chiquillería corre por la plaza persiguiendo las peras bendecidas que ruedan por el suelo.

Ya sea realidad o leyenda, lo cierto es que Adahuesca sigue atesorando una tradición ancestral, orgullo también para todos los somontaneses.


Cada 20 de mayo se convierte en una leyenda viva, ya que todos los habitantes de Adahuesca van hasta Crucelós a rememorar la petición de las abuelas.

Crucelós está  a unos dos Km del núcleo urbano de Adahuesca y situado en un punto estratégico, junto a  la cabañera Broto-Mequinenza, en el punto geográfico que confluyen los montes de Alberuela de Laliena, Abiego y Adahuesca. 
CRUCELÓS: Cuando la gente llega a este punto reza y tras los rezos, todos cogen una piedra que lanzan con todas sus fuerzas al montón, donde ahora se observa una cruz.
Hay estudiosos del tema que opinan que este ritual se hace para fijar el alma de los muertos al suelo, para que permanezcan cerca de los vivos,  con el fin de configurar un terreno agrícola fértil y próspero y así conseguir buenas cosechas.


miércoles, 15 de mayo de 2013

CURIOSIDADES: "EL SEÑOR DE LA FUENTE" Y "VALERIO Y POLONIA"

CURIOSIDADES, DICHOS Y MAZADAS DE ALBERUELA DE LALIENA
la    fuente

Parece que pícaros  eran los habitantes de ALBERUELA DE LALIENA, pueblo del Somontano de Barbastro... Veréis si es cierta esta afirmación:
Fuente del pueblo, conocida como "La Fuente del lavadero"

"Antiguamente, en el pueblo, al igual que en otros muchas localidades, se iba a buscar el agua a la fuente... Esto no es nada notable, pero esto que os voy a contar sí que lo es.
Un señor de entonces, buen amante del vino (del Somontano, claro, que para eso estamos en tierra de buenos caldos), aunque parece que le gustaba sin medida exacta, para que la gente no supiera de su afición, usaba como recipiente para transportarlo una regadera y con ella iba a comprarlo y para disimular...  si se cruzaba con algún vecino, afirmaba con rotundidad que venía de coger agua de la fuente".

Suerte que nadie le pidió un trago de agua, porque de lo contrario menudo secreto.


valerio

y

polonia
Y ahora, una historia - curiosidad de Alberuela de Laliena. 
Según parece, también aquí, han existido "los Romeos y Julietas". 
Os cuento: "Dicen que hubo en tiempos una pareja que iban juntos a todos los sitios. Allí donde vieres a uno estaba la otra. Eran inseparables. 
Y...Todavía hoy, los más ancianos del lugar, los recuerdan. Tanto es así que cuando ven alguna pareja de estas características suelen decir. "¡¡Fíjate, parecen Valerio y Polonia".