LA REMATADURA

En el primer y último escalón (peldaño) colocaban un ramo de olivo y con los palos de coger las olivas (perchas) danzaban y bailaban y también "matraqueaban" dando saltos y gritando: "¿Viva la rematadura!", celebrando, así, el final de esta faena.
Se celebraba con buenas viandas: Judías y carne guisada y... algo que no podía faltar, el ajaceite, como testimonio de que la cosecha de la oliva había proporcionado una buena despensa de aceite a la casa. Por la noche"crespillos" (para seguir dando gracias por el aceite conseguido) y "poncho" para la velada.
Con este ritual se celebraba el final de la campaña de la recogida de las acitunas y también significaba que se había acabado sin ningún accidente de los cogedores.
Hoy en día aun se matraquea en el campo el último día, para rememorar esta tradición, y en las casas se prepara buen ajaceite acompañado con unos ricos caracoles, por ejemplo.